Aunque en la autoescuela tratan de enseñar a todos los conductores la importancia de no saltarse ninguna marcha, esto no es algo que sigamos respetando siempre. Y es que saltar de marcha es una de esas manías que cogemos los conductores con vehículos de transmisión manual y que no dudamos en llevar a cabo en carretera cuando nos vemos muy justos. Por ejemplo, pasar de segunda a cuarta o reducir de quinta a tercera. Pero, ¿puede ser este gesto aparentemente inofensivo perjudicial para tu coche?
Saltar de marcha puede ser malo según la forma en la que lo hagamos
El cambio de marcha es el sistema que tiene el coche para enviar la fuerza del motor a las ruedas, por eso, para evitar un mayor desgaste o la rotura de alguna de las piezas del motor o de este mecanismo, lo ideal es cambiar de marcha de forma ordenada. Subir o bajar de velocidad de marcha en marcha es la mejor forma de conseguir un rendimiento del coche mejor.
En el caso de las cajas automáticas es obligatorio ir pasando de una a una, sin dar saltos de marcha. Y también algunos usuarios con cajas de cambio automáticas deberán estar pendientes de cuánto vale cambiar el aceite de la caja de cambios y cada cuánto tiempo hacerlo.
¿Qué pasa si me salto una marcha al subir de velocidad?
Aunque saltar de marcha no tiene porque ser algo malo en sí, sí puede llegar a serlo en determinadas circunstancias y si se hace de cierta manera. Por ejemplo, no tiene porqué pasar nada si nos saltamos dos o tres marchas cuando la velocidad del coche va en aumento. Lo único que se deberá hacer en estos casos para una mayor seguridad es soltar el pedal del embrague aún más lento de lo que solemos hacerlo en un cambio natural de marchas. De esta manera la velocidad de giro del motor y la transmisión puedan sincronizarse sin problemas ni sacudidas.
Si esta práctica se hace de manera correcta es posible ahorrar algo de combustible. Vemos el caso de muchos deportivos con cambios automáticos en momentos de aceleración bruscos que pasan de primera a cuarta marcha.
Ojo con saltar de marcha en las reducciones
El salto de marcha debe hacerse con bastante más cuidado cuando se reduzca saltándose marchas. Por ejemplo, puede ser peligroso cambiar de sexta marcha a segunda, ya que las revoluciones del vehículo se elevaran mucho y de manera muy repentina. Esto puede llegar a bloquear las ruedas, haciendo que se tenga una mala reacción e incluso que produzcan un accidente o avería costosa del coche.
En estos casos lo mejor es reducir de marchas y velocidad soltando poco a poco el embrague para que el giro del motor y la transmisión puedan igualarse de manera progresiva.
¿Cómo debe hacerse el salto de marchas?
Para que el salto de marcha no suponga un gran desgaste desproporcionado de los componentes del vehículo, lo más importante es hacer estos saltos con un poco de cabeza y de la manera más lógica posible.
Por ejemplo, lo ideal es saltar de segunda a cuarta velocidad, o de tercera a quinta. Pero mejor olvida hacer saltos de marchas con otras velocidades diferentes a estas, y, sobre todo, no hagas saltos de marchas de tres en tres.
Además, antes de hacer un salto de marchas procura que haya unas buenas condiciones de circulación en la carretera. Por otra parte, los cambios deben hacerse en un rango de revoluciones correcto para que el régimen de rpm decaiga demasiado. Según recomiendan los expertos, es importante no pasar de las 2.500-3.000 rpm cuando se realice el salto de marchas.
En cualquier caso, tal y como ya hemos comentado, si se salta alguna marcha debe mantenerse la aceleración y completar el cambio de forma fluida, soltando el pedal del embrague de forma suave.