La “conducción eficiente” es una forma de conducir el vehículo que tiene como objetivo lograr un bajo consumo de carburante a la vez que reducir la contaminación ambiental. A su vez se obtiene un mayor confort en la conducción y una disminución en los riesgos en la carretera.
Esta conducción se rige por una serie de reglas sencillas y eficaces, que tratan de aprovechar las posibilidades que ofrecen los motores de los coches actuales.
Durante años la eficiencia en la conducción ha sido la gran olvidada. En España el transporte quema más del 60% del petróleo que se consume. La relevancia de estas cifras hace plantearse la utilización del automóvil de manera más eficaz.
¿Cuáles son las ventajas?
Mejora el confort de conducción y disminuye la tensión
Para conducir de manera eficiente hay que evitar frenazos bruscos y acelerones, realizar el cambio de marchas de manera adecuada. Así los ruidos que proceden del motor se disminuyen.
Este tipo de conducción impregna un estilo de tranquilidad que evita los estados de estrés producidos por el tráfico con lo que reduce el riesgo y la gravedad de los accidentes.
Ahorro económico de combustible
El comportamiento del conductor influye sobre el consumo del carburante del vehículo. Hemos de tener especial cuidado al arrancar el coche o cuando utilizamos el acelerador.
Debemos ser capaces de anticiparnos a las situaciones del tráfico con el fin de frenar lo menos posible. Mantener una velocidad adecuada y constante hará que el consumo se mantenga.
Esto generará menos costes en el mantenimiento del vehículo (frenos, embrague, caja de cambios, motor, neumáticos…) pues están sometidos a un esfuerzo menor.
Reducción de contaminación urbana que mejora la calidad del aire respirado. La emisión de gases contaminantes se asocia a enfermedades como dificultades respiratorias, problemas oculares, enfermedades cardiovasculares y jaquecas.
La reducción de estos gases contribuye además a mejorar los problemas de calentamiento de la atmósfera.
Incremento de la seguridad vial:
- Mantener una buena distancia de seguridad para disponer de tiempo de reacción suficiente
- Reducir la velocidad punta que se puede alcanzar en un determinado recorrido para conseguir una velocidad media constante.
- Conducir anticipando y previniendo lo que puede suceder.
¿Qué elementos aumentan el consumo del combustible?
Aire acondicionado o climatizado: Es uno de los accesorios con mayor incidencia en el consumo del combustible. ES recomendable mantener la temperatura entre 21-22 º C.
Las ventanillas: Conducir con las ventanillas bajadas hace que se provoque una mayor oposición al movimiento del vehículo. La fuerza de rozamiento del vehículo y el aire aumenta. Para ventilar en vehículo mejor es utilizar los dispositivos de aireación.
El mantenimiento del vehículo: Los principales factores que influyen sobre el consumo de carburante y las emisiones contaminantes son:
- Diagnosis del motor: Detecta averías ocultas que producen aumentos en el consumo y emisiones contaminantes.
- Control de niveles y filtros: Los niveles y filtros son muy importantes para mantener un motor en condiciones óptimas.
- Control de la presión de los neumáticos: La falta de presión provoca que el vehículo ofrezca mayor resistencia a la rodadura, con lo que el motor tiene que desarrollar mayor potencia para poner y mantener en movimiento al vehículo.
- Una mala distribución de la carga puede ofrecer mayor resistencia al aire y mayor inestabilidad provocada por la disminución de adherencia del eje delantero.
- La mera colocación de la baca en el vehículo supone una resistencia al aire, con lo que si además incorporamos equipaje en ella incrementa el consumo de carburante notablemente.
Clave para una conducción eficiente
En cuanto al arranque y la puesta en marcha:
- Tenemos que arrancar el motor sin pisar el acelerador.
- Los motores Diesel, esperar unos segundos antes de iniciar la marcha de esta manera el aceite llegará en condiciones adecuadas a la zona de lubricación.
- En los coches propulsados por gasolina la marcha debe iniciarse inmediatamente después de arrancar el motor.
- En ambos motores el calentamiento se realiza en movimiento.
Usar la primera velocidad para el inicio de la marcha, cambiando lo antes posible a segunda.
Circular el mayor tiempo posible en las marchas más largas y a bajas revoluciones pues el vehículo de esta manera consume menos.
Buscar la fluidez en la circulación, evitando los frenazos. En el momento en que se detecte un obstáculo o una reducción de la velocidad de circulación en la vía, levantaremos el pie del acelerador intentando evitar la frenada brusca.
Frenar con el motor, se trata de mantener el vehículo en movimiento por su propia inercia con una marcha engranada. Normalmente es el motor el que hace girar las ruedas, pero en este caso (acelerador sin pisar y marcha engranada) son las ruedas las que arrastran al motor.
Una buena anticipación y una distancia de seguridad adecuada harán que la conducción sea mucho más eficiente. Nos permitirá advertir con suficiente antelación los imprevistos que puedan surgir en la carretera y así adoptar medidas para evitar situaciones inminentes.
Para esto tendremos que circular ampliando al máximo nuestro campo visual dentro de la vía.
Guardar una distancia de seguridad suficiente, hará que no tengamos que utilizar los frenos y por tanto un menor uso de las aceleraciones posteriores a las frenadas.
Aspectos prácticos de la conducción eficiente
Como ya hemos dicho hay que intentar circular en las marchas más largas posibles, procurar no frenar bruscamente para no tener que acelerar posteriormente.
En cuanto a los tramos con pendientes
Si son descendientes debemos levantar el pie del acelerador sin reducir de marcha y dejar bajar al coche por su propia inercia, si la aceleración no se mantuviera aceleraríamos lo justo para conseguir la velocidad de crucero pretendida.
Pero nunca bajar la pendiente con el coche en punto muerto pues además de incrementar el consumo y la contaminación resulta extremadamente peligroso.
Si las pendientes fuesen ascendentes hay que procurar circular en la marcha más elevada posible, aunque tengamos que pisar más el acelerador.
En las curvas
Antes de entrar en la curva hay que adaptar la velocidad del vehículo, se hará exactamente igual que en cualquier deceleración.
Levantaremos el pie del acelerador y dejaremos rodar el coche por su propia inercia. Si fuera necesario reduciremos a la marcha que precisemos para tomar la curva.
En las rotondas
De la misma manera, en las rotondas tenemos que adaptar la velocidad del vehículo. Hay que realizar un reconocimiento a la entrada de la rotonda y anticiparse a las características de la misma:
- Anchura de la calzada.
- El tamaño de la glorieta
- La existencia de otro vehículo en circulación o en espera.
Conducción en caravana
Procuraremos por todos los medios circular en la marcha más larga posible que nos permita mantener la distancia de seguridad con los vehículos que nos preceden. Evitaremos en todo caso acelerar para después tener que volver a frenar, así evitaremos desgastes que no son necesarios para nuestro vehículo, además de ahorrar combustible y contaminar menos.
Como consecuencia de esto, los vehículos que circulan detrás nuestra podrán hacer lo mismo y habrá más fluidez en el tráfico.
Paradas durante la marcha
Para paradas superiores a 60 segundos hay que apagar el motor. El coche parado funciona a ralentí y aunque el consumo no es muy alto, existe, si se computan todas las paradas el consumo es elevado.
Adelantamientos
Adelantar tiene que ser algo funcional, es decir, si adelantamos para ganar únicamente un puesto o dos la ganancia en tiempo es prácticamente nula pero el consumo de combustible es alto.
El adelantamiento ha de ser siempre seguro, sin comprometer a otros conductores, es importante que haya suficiente espacio y tiempo para realizarlo adecuadamente. Puede hacerse a una velocidad relativamente alta y con marchas similares, si hemos elegido bien el momento y el lugar.
Fuente: Información pública DGT