Uno de los mitos más recurrentes en relación a los seguros es el de que los coches rojos y negros pagan más de seguro. No podemos decir otra cosa que… ¡error! El color de tu vehículo NO influye en el total de la póliza.
Lo que sí es cierto es que el precio de compra puede aumentar dependiendo de las características de la pintura, aunque debido a que la gama de colores del mercado es muy amplia, siempre encontraremos un color sin sobreprecio que nos cuadre bien con el vehículo.
Cuando nos disponemos a contratar una póliza, la aseguradora pregunta el modelo de coche, el color y las diferentes características, pero no porque dependiendo del color vaya a cobrarte una cantidad distinta, así que no te preocupes por ello.
Una posible prima extra se deberá a razones tales como: la edad del conductor, las características del coche, la antigüedad, o el historial de accidentes del tomador del seguro y del conductor del vehículo, sea éste habitual u ocasional.
Leyenda urbana: coches rojos y negros pagan más de seguro
Evidentemente, no hay estudios ni datos estadísticos que demuestren que los coches rojos y negros sean más propensos a sufrir más accidentes. Quizá el mito nace de la relación entre jóvenes con menos experiencia al volante, y tal vez mayor probabilidad de accidentes de tráfico, y sus preferencias por estas tonalidades.
No obstante, inferir que estos colores, más proclives a ser elegidos por conductores más inexpertos, implican mayor peligro y accidentes, y por tanto, la póliza ha de ser más cara es, de nuevo, un error.
Por tanto, si estás pensando en adquirir un coche, deja que sea tu gusto el que decida por cuál decantarte, y no le temas al seguro (o témelo, pero que no sea por el color de tu coche).